Microrrelato: Las sombras de mi figura. Una premonitoria luz clara.

Breve narración sobre la recuperación de la identidad en la vida adulta.

Microrrelato que trata sobre la recuperación de la identidad en la vida adulta, pasada la odisea de los años que vieron desviarse el sendero en el bosque de la vida.

Camino hacia mí mismo. En la noche cerrada voy saliendo de la neblina de mi pensamiento, un sendero desviado en el bosque de la vida que me llevó alejarme de esa infantil identidad, el ser primigenio, aquel que creí ser para siempre, exultante de felicidad en la inocencia del amanecer a la vida. Pero, ahora, me veo ir hacia mí. A medida que me acerco, descubro que, pasada la odisea de los años, vuelvo a ser yo mismo. Y en la oscuridad de esta noche que es un amanecer en mi conciencia, veo las sombras de mi figura que se van acercando entre sí, una duplicidad de la personalidad que confluirá en sí misma, rodeadas de una premonitoria luz clara.

Crónica: Santa Eulàlia. Fiestas de la patrona de Barcelona.

Reflejo de las fiestas de Santa Eulàlia, patrona de Barcelona.

Crónica de una tarde disfrutando de gentes nuevas en las fiestas de Santa Eulàlia, patrona de Barcelona.

Sábado por la tarde. Hay cierta afluencia de gente en la zona de la catedral, donde nos hemos citado a través de internet un grupo de personas con la intención de disfrutar de las fiestas de Santa Eulàlia, patrona de Barcelona. Se distingue fácilmente a la anfitriona de la actividad por su gorro azul de lana, tal y como nos había indicado.

Tras unos minutos de cortesía, el grupo ya reunido se adentra en la catedral, que hoy ofrece jornada de puertas abiertas, para poder ver la cripta donde reposan los restos de la santa y aprovechar para disfrutar por un paseo interior en la misma catedral. Un aura mística y recogida rodea nuestra asombrada visita a la zona del sepulcro. Después, todavía tenemos tiempo para disfrutar de la oportunidad de observar la ciudad a través de las fabulosas vistas que ofrece el ascensor que nos conduce a la zona superior del templo. Allí, a la intemperie, con la catedral bajo nuestros pies, conversamos y nos conocemos. Luego, el guardia de seguridad aparece para devolvernos a la conciencia de lo efímero de la visita.

La fiesta, sin embargo, empezará después, cuando nos acerquemos al Palau de la Virreina y veamos salir, desde allí, a las gigantas en procesión. Pero, una vez matado el gusanillo desde una privilegiada primera fila, nos decantaremos por algo más personal y compartiremos conversación en una cafetería cercana, descubriendo anécdotas y teniendo una impresión más cercana los unos de los otros.

Finalmente, regresa uno a casa con la sensación de conocer un poco más la esencia de la ciudad y el corazón de sus gentes. Completamente agotado, cenará y descansará en un plácido sueño.

Microrrelato: La identidad de su sexo. Adentrándose en los jardines.

Narración sobre el descubrimiento tardío de la identidad sexual.

Microrrelato que trata sobre el descubrimiento tardío de la identidad sexual, al encuentro de la esculpida belleza femenina.

Era sábado, un día invernal que le regaló una estupenda mañana de sol para su pequeña excursión. Nunca había estado en aquel parque, siempre limitado por las mismas zonas de la ciudad. Lo cierto fue que, cuando se adentró en él cargando con la pequeña bolsa que contenía agua, bocadillo y lectura para alargar la estancia, se alegró del buen rollo que reinaba entre jóvenes, turistas, amantes del yoga, maduras parejas, amigos tranquilos y algún, como era su caso, paseante solitario.

Fue adentrarse en aquellos jardines e ir descubriendo figuras esculpidas de femeninas esencias. Belleza en sí, la delicadeza de formas de aquellas mujeres pétreas le hacía preguntarse por su inaccesibilidad. Plantado ante una desnuda mujer rodeada de agua, observándola desde la distancia que le separaba de la hierba bien cuidada, se preguntaba si toda su vida en torno a la mujer no había carecido de aquella plenitud que, junto a ella, de una manera o de otra, en la comunión de sexo o en la del alma, hubiera existido si no hubiera despertado a una edad más temprana aquel adolescente deseo por el arte griego, por los artistas del Renacimiento y los filósofos que llevaron la luz a Atenas y, de allí, al mundo. Miró hacia el cielo, dibujó una sonrisa que le llevaba directo al Paraíso y descubrió, a una edad tardía, la identidad de su sexo. Diciéndose que aún quedaba trayecto por recorrer en esta vida que tanto se presta al juego de máscaras.

Microrrelato: Tu juventud. Felicidad a contracorriente.

Breve narración sobre la pasión entre juventud y madurez.

Microrrelato que ensalza la pasión entre la juventud y la madurez a contracorriente de las convenciones.

Medrar entre pensamientos dispersos con la mente nublada por el cansancio. Veo tu imagen en mi mente, tan reciente como esta noche pasada que ya ha dado paso al día, y me pregunto si tu juventud resistirá los envites de la edad. Me pregunto si el sexo que nos regalamos tendrá consecuencias en ese afecto nuestro que podría ser casi paterno filial. A contracorriente de ello, me siento vivo, convencido de la virtud feliz de nuestra entrega noctámbula a la caricia y el furor. Y no sé ya si es que la convención acabará por romper esta existencia mía que, a base de ser fiel a sí misma y aceptar las sorpresas que se depara, se ha ido expandiendo como como un globo. Un globo que se va hinchando para, quizá, estallar. Explotemos los dos juntos: tu juventud y mi madurez en un equilibrio que no disponen los mapas de la sociedad contemporánea.

Pensamientos: Encanto de Barcelona. El año nuevo.

Reflexión en torno al año nuevo y el amor hacia Barcelona.

Aquí expone el autor pensamientos que hacen balance de la señalada fecha, para tantos, de año nuevo manifestando su amor a Barcelona.

Misterioso. Así se presentaba a mi ánimo el año, cuando recién lo estrenaba, ante la pregunta de la mujer que me atendía en la churrería. Cierto que podría haberme dado por pasar olímpicamente de rituales de este tipo, que al final no tienen mayor relevancia que cambiar el calendario, hacer balance del año, celebrar una Nochevieja que, este año, ha brillado por su ausencia y, cómo no, eso sí que no lo perdono, ¡tomar un chocolate con churros el primer día del año!

A fin de cuentas, perdida la oportunidad de hacer piña con la familia en Navidad, de despedir el viejo año con un abrazo o siquiera compartiendo un café con los amigos, el año nuevo se presenta con un optimismo mayor de lo que parecía hace apenas un par de semanas, con la tercera dosis en el horizonte y el virus, aparentemente, decayendo.

Además, estoy de enhorabuena porque mi compañía literaria me habla, a través de la prosa de un gran escritor barcelonés, de esta ciudad en la que resido, ya, si nos volvemos a fijar en las anualidades del calendario, desde hace 18 años. Una mayoría de edad que ha atravesado tiempos de esplendor en esta ciudad, turbulencias políticas y también ha vivido momentos más deprimidos. Lugar de un encanto con perfume de Mediterráneo que responde, en catalán o en castellano, al nombre de Barcelona. Esa ciudad templada, de sorpresivos aguaceros y veranos de un bochorno que se te pega a la piel. Una ciudad en la que, con sus virtudes y defectos, me lleva a pensar el encanto que pido a este año 2022.