Microrrelato: Revivir. Bajo el sol de mediodía.

Historia sobre el redescubrimiento de la vida.

Microrrelato que trata sobre el redescubrimiento de la vida por parte de una singular pareja.

El hombre se mesó el cabello canoso tras apurar el café mientras esperaba a que saliera del baño su acompañante en la cafetería del museo. Reflexionaba, lanzando la mente a la memoria, al pasado. A lo que nunca fue pero pudo haber sido. Se dio cuenta de que no era, el momento presente, historia para tales capítulos. La vida pasada se fue y no tenía sentido fingir una madura juventud. Pelirroja, pantalón vaquero ceñido sobre su cuerpo bien formado por el ejercicio y una edad más temprana, salió del servicio con una sonrisa en el rostro. Esa expresión que buscaba una mente lúcida y una guía en la vida. La visión de una mujer herida aún en la flor de la vida. Se acercó a él, le besó notando un inusual recato en sus labios y frenó. Le miró, le notó cariacontecido y le lanzó una interrogación con la intención de esclarecer el misterio. Él tenía la opción de volver al redil de la distracción y el gozo, declinar la conciencia de su vida presente en favor del olvido entretenido. Tenía la posibilidad de engañarse. El acontecimiento fue que vio el espejo de sí mismo reflejado en los ojos almendrados de ella, unos ojos que, húmedos, empezaban a intuir el desastre. La mente de aquel hombre se había activado y estaba dispuesto ya a explayarse con palabras incisivas pero explicativas. Sin embargo, antes de que abriera la boca sus ojos ya expresaron la esencia de su pensamiento, de su sentimiento, de ese estado anímico tan raro y rebelde como es revivir. Creyó, por un breve instante, que ella montaría una escena, pero bajo los ojos acuosos de aquella joven mujer emergió una sonrisa que no sólo indicaba que le comprendía sino que parecía que, por contagio, volvía a entenderse a sí misma, recobrando el sentido perdido. Se levantaron, salieron del museo y caminaron juntos por el jardín esplendoroso bajo el sol de mediodía.

Microrrelato: La entrega. Derivas y encuentros.

Narración breve sobre la pérdida y el encuentro amoroso final.

Microrrelato que narra la deriva ante la pérdida de la amada y el camino hacia el encuentro del destino final.

Sumido en el desconcierto, cae entre las sábanas. El día agotado, se siente héroe. Con la perspectiva de un sueño dulce, apagadas las luces, cierra los ojos y se invita al descanso. Sin embargo, la mente se agita y el corazón palpita en la ausencia de la amada. Preocupación, cavilar, miedo a sentirse desposeído del cariño que le ha acompañado en el trayecto de la madurez. Años de comunión romántica darán paso, de la noche turbulenta al día claro, a una realidad que se le hará diáfana en la vigilia de su lucidez, en las noches sin descanso. Cae en la deriva, se siente perdido, se va apagando. Por fin, una llama. Un hálito de vida, de nuevo surge esa extraña química en una comunión que es todavía espiritual. Vaga y divaga, esta vez llenando de sentido la mente y el alma. La observa, la escucha. No la toca, como una mariposa de frágil aleteo la siente, escondida tras su caparazón de águila imperial. Intiman, acaricia sus alas que, a ratos vulnerables y a ratos impetuosas, le trasmiten un modo de ser, de vivir. Junto a ella se da cuenta, al fin, de que uno, además de la necesidad de ser él mismo, sólido y constituido, tiene la misión de comunicar al otro. Empieza, por fin, a entender su destino. Se proyecta, se lanza y se entrega.

Microrrelato: La consumición. Una tarde en compañía.

Narración sobre la magia del chocolate.

Microrrelato sobre los encantos, para la esencia femenina, de una buena consumición en literaria compañía.

Caminaba, gozosa su expresión, por las calles barcelonesas al ritmo de la música que lanzaban sus auriculares. De vez en cuando, alzaba el brazo y movía la mano al ritmo de la canción, canturreando. Llegó a la librería y se detuvo ante su entrada: tratando de divisar la figura de su amigo entre los potenciales lectores que había en el interior, se quitó los auriculares.

Entró con ímpetu, fue recorriendo la librería y, hacia el final, en la sección de filosofía, lo encontró. Se dieron dos besos, conversaron con una cierta agitación ante la novedad de la presencia esperada del otro y fueron recorriendo la librería de nuevo, con la calma de los observadores, comentando los libros que les llamaban la atención.

Se acercaba el momento que tanto había asociado ella durante la semana al nuevo encuentro con su compañero: subir a la cafetería de la cuca librería, sentarse y tomarse aquella consumición que, siete días antes, había sonrojado sus sentidos hasta permanecer en la memoria de su olfato, de su tacto, de su mirada y, sobre todo, de su gusto hasta aquel momento. Mientras conversaba animadamente, notaba que se le humedecía la boca, se ponía nerviosa, como una niña esperando sus regalos de Navidad. Sentados en una espaciosa mesa, rodeados de fotografías de célebres personajes de letras, llegó el cortés camarero. Cuando su mirada se fijó en ella, la bella mujer dijo con un hilo de voz que llenó la sala de sensualidad: un chocolate a la taza, por favor…

Microrrelato: De la seducción. La amiga de la familia.

Narración sobre la culminación onírica de un amor de juventud.

Microrrelato que nos cuenta cómo la huella de una seducción de juventud a través de una mujer madura florece en la edad adulta, una vez sanadas las heridas.

De una juventud floreciente surge el deseo incipiente. La mira y la observa, cada vez con mayor interés. Sin saber que ella, ya en el ciclo de la madurez, está manejando las artes de la seducción, atrayéndolo hacia sí. Un día, se ve flirteando con esa atrevida amiga de la familia en una cena, donde no les importa que estén los padres del joven. Irreverentes. La consumación de deseo parece ir acercándose a buen paso pero, un buen día, el alma del joven se rompe, entra en un mundo de confusión que le llevará a un largo período de sombras y carencias afectivas.

Con el paso de los años, en la llegada a la edad que tuvo ella cuando utilizó sus artes, el hombre ya maduro, que no ha conquistado los terrenos del amor como se prometía en aquellos albores de la juventud, se va topando con ella en momentos esporádicos de recuerdo. Incluso, un día, cree distinguirla, ya anciana, caminando a lo lejos por la calle.

La penumbra, que acompañó los años del joven de una forma más dilatada que la esperada, ya sólo aparece en las noches de sueño, pero es una penumbra plácida, de habitual descanso. Y es en una de esas sesiones de cama solitaria y ensueño cuando descubre que no quiere despertar porque está soñando aquel amor que nunca se consumó en la vigilia.

Microrrelato: Pelirroja de ojos verdes. Amor fugaz.

Narración breve sobre un encuentro amoroso.

Microrrelato que narra el encuentro entre un hombre maduro y una mujer joven del que surge la magia del amor pleno y fugaz.

Cubría el cielo un manto de nubes mientras Guillermo se dirigía hacia el punto de encuentro. El tranvía iba lleno de pasajeros, una mezcla de trabajadores que volvían exhaustos pero triunfantes de la brega diaria y gitanos inmersos en su mundo propio, salvaje, inconsciente, peligroso y pintoresco. El uso de mascarillas, si bien obligatorio, ya era bastante laxo debido al hastío derivado de tanto tiempo de pandemia, una pandemia que ya había mermado su capacidad de peligro. Sin paraguas, tan sólo con el instinto despierto para entrar en la cercana estación de metro raudo si echaba a llover, se acercó a la entrada del museo. Allí, sus ojos cincuentones vieron una mujer en los treinta, cabello pelirrojo y vestido ocre que mostraba una hermosa sonrisa a la vida a través de una boca grande que venía enmarcada por unos ojos verdes que combinaban con sus zapatos de piel.

La mujer se detuvo y Guillermo fijó su atención en aquellos zapatos que, como los suyos, eran fruto del buen hacer de una marca inglesa de calzado urbano con mucha historia. No hacía frío. Más bien, gozaban de una temperatura agradable y templada para la época del año. Sobre el vestido ocre, ella llevaba un abrigo rojo. Aquellos ojos verdes, que de repente se habían posado en los zapatos, ella quieta ante aquel desconocido, alzaron la mirada hacia Guillermo.

Fue así como, con quince años de diferencia en el devenir de la existencia, cruzaron por primera vez unas miradas que inmediatamente descubrieron el magnetismo del otro. El camino hacia un amor fugaz, en un hombre que vería el hilo de su vida extinguido tras un suspiro de plenitud, en una mujer que conservaría para siempre la huella del amor perdurable. Brevedad y plenitud de un amor imprevisto.