Microrrelato en el que un paseante evoca, a través de su caminar entre parques, iconos de paz en un momento en que arde la guerra en Europa.
Él hace calentamientos. Los hace para ir al trabajo. Poco antes de entrar, cuando ya se huele el toro en las arenas del ruedo, se pone los zapatos por capote, aplicándose a caminar por las zonas colindantes. El autobús le ha dejado en un triste tramo asfaltado, donde antes disfrutaba de un café en el establecimiento ubicado a tal fin.
Sin embargo, ahora, dejando cafés y demás meditaciones sedentarias a un lado, camina y camina, pausado o acelerado. Camina y observa la lucha por la vida entre las gaviotas y las palomas, ve cómo tiritan las hojas de los árboles al menor soplo de aire, mira al cielo y pasea por los parques.
Es un día que hubiera sido estupendo de no ser porque ha estallado una guerra en pleno siglo XXI europeo, y él se acerca con ilusiones de paz al final del parque más significativo de cuantos hay en la zona. Atisba la estatua de Mahatma Gandhi y su memoria empieza a funcionar: recuerda al amor de juventud que sentía fervor por tal icono indio y se ve rememorando, a través del recuerdo de ella, el Imagine de John Lennon. Entonces, viendo ya de cerca la escultura, una paloma alza el vuelo y le trae a la memoria el dibujo que Pablo Picasso hizo, con pacífico simbolismo, de tal ave.
En una feliz individualidad, respira el aire del invierno tardío y, poco después, vuelve a caer en la realidad de que, en Europa, ha estallado una guerra.