Microrrelato: Pelirroja de ojos verdes. Amor fugaz.

Narración breve sobre un encuentro amoroso.

Microrrelato que narra el encuentro entre un hombre maduro y una mujer joven del que surge la magia del amor pleno y fugaz.

Cubría el cielo un manto de nubes mientras Guillermo se dirigía hacia el punto de encuentro. El tranvía iba lleno de pasajeros, una mezcla de trabajadores que volvían exhaustos pero triunfantes de la brega diaria y gitanos inmersos en su mundo propio, salvaje, inconsciente, peligroso y pintoresco. El uso de mascarillas, si bien obligatorio, ya era bastante laxo debido al hastío derivado de tanto tiempo de pandemia, una pandemia que ya había mermado su capacidad de peligro. Sin paraguas, tan sólo con el instinto despierto para entrar en la cercana estación de metro raudo si echaba a llover, se acercó a la entrada del museo. Allí, sus ojos cincuentones vieron una mujer en los treinta, cabello pelirrojo y vestido ocre que mostraba una hermosa sonrisa a la vida a través de una boca grande que venía enmarcada por unos ojos verdes que combinaban con sus zapatos de piel.

La mujer se detuvo y Guillermo fijó su atención en aquellos zapatos que, como los suyos, eran fruto del buen hacer de una marca inglesa de calzado urbano con mucha historia. No hacía frío. Más bien, gozaban de una temperatura agradable y templada para la época del año. Sobre el vestido ocre, ella llevaba un abrigo rojo. Aquellos ojos verdes, que de repente se habían posado en los zapatos, ella quieta ante aquel desconocido, alzaron la mirada hacia Guillermo.

Fue así como, con quince años de diferencia en el devenir de la existencia, cruzaron por primera vez unas miradas que inmediatamente descubrieron el magnetismo del otro. El camino hacia un amor fugaz, en un hombre que vería el hilo de su vida extinguido tras un suspiro de plenitud, en una mujer que conservaría para siempre la huella del amor perdurable. Brevedad y plenitud de un amor imprevisto.

Frágil disyuntiva entre el amor y el sueño

Frágil disyuntiva entre el amor y el sueño

Frágil disyuntiva entre el amor y el sueño. Cálida, cercana, ella acaricia mi piel cansada en su voluntad de transmitir luz y encender una pequeña llama en mi fuego interno. La noche cerrada, el alba, aún lejana, intimida como si estuviera presente mi necesidad de reposo. Mi vello se eriza, mi cuerpo se agita, me giro hacia el amor duradero, cultivándolo, fundiéndome en un fuego vivo. Y llegará el alba.