Microrrelato: Él. Un tímido y su quimera.

Breve narración sobre una pasión cinéfila.

Microrrelato que trata sobre las venturas y desventuras de un tímido sumido en la peligrosa quimera de una pasión cinéfila.

Él, adulto y particular, vive en el retiro de la timidez. Sale los fines de semana, desde su profunda introversión, en soledad hacia la magia de los cines de media tarde. Compra su entrada y, mientras llega la hora de la sesión, toma un refresco notando la calidez de las conversaciones que los extraños mantienen en mesas cercanas. Luego, acomodado en su butaca, se olvida de sí mismo y vive el universo ajeno como si fuera propio.

Da igual que se trate de un cocinero vienés o de un adúltero amor con pasión, sensibilidad y mucha pluma. Poco le importa viajar a épocas pasadas o futuras. Lo que, en el fondo, desea cada vez que va al encuentro de un estreno esperado con ansia semanal, es que le ofrezcan autenticidad.

Con ese soplo de aire, llegará el lunes al trabajo y podrá ver con la luz del artista las costuras de la sociedad en la que, inevitablemente, está inmerso. Le resultará más fácil sortear los comentarios artificiosos y despertarán su risa los apuntes ingeniosos. Sin embargo, con la llegada del atardecer, cuando de regreso a casa haga balance del día, notará el extraño vacío de quien soslaya la guía de la vida en favor de la del arte.

Microrrelato: Un velo en el paraíso. Sueño.

Narración breve sobre la contemplación de la belleza.

Microrrelato que trata sobre el velo que cubre a la belleza que observas tocado por la gracia y la salida de ese paraíso con el despertar.

¿Era una escultura? De tacto suave y pétreo, me transmitía, sin embargo, la sensación de que latía. ¿Era un árbol? Me provocaba la alegría que generan los árboles floridos invitando a ese amor que dicen tan característico de la primavera. Por más que me detenía a observar su figura, no llegaba a una conclusión. Como si la naturaleza de la belleza fuera algo intangible, invisible desde el momento en que uno siente -feliz percibía yo su figura- que está tocado por la gracia. Cuando me desperté, perdí el velo de la inocencia, de la felicidad de una cierta niñez, aquella en que uno siente que ha estado en el paraíso.